Ante la tanta preocupación que me embarga, escribo...
Tragedia,
lo que se avecina y no se espera
lo que nos atropella y sobrepasa
lo que nos revuelca y abate…
tragedia
el avizorar a tiempo abierto
en las pestañas de los ojos
los colgados pensamientos
que en noches de insomnios
poco a poco, nos arden dentro.
Tragedia…es tener pasos delante
en premonición de lo que se acerca
y no tener sino voz de locura
impactada de la premura
de oídos que no le escuchan.
Que todos alegres cantan pero nadie el aleluya
que pocos se ufanan del rezo
y por ellos, siento amargura
a pedazos se cae el cielo
y no tenemos… ¡ay… ya yai! nadie nos cubra
porque perdimos la fe
ya no creemos en sotanas de curas
ni en ciervos que se procuran
una ramita del verde aceituna.
Tragedia el descubrir
las mentiras de los siglos
las banalidades del sigilo
de hombres pruritos que al fin
dieron al traste con su concilio.
Tragedia, el yo aquí
engranando letras de pareceres
en meditabunda noche agitada
en la cabeza loca que de mí
teme por lo que viene…
y no lo puede canjear por paz del hombre de bien
que todavía el mundo contiene.
1 comentario:
Así me siento, como una verdadera tragedia. Pero no diré la palabra dolor. Sentido poema, trágica palabra.
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